Cascanueces
"El Divino"
Evocación del olvidado poeta vallisoletano Miguel Sánchez Requejo.

No es infrecuente, por desgracia para la preservación de la memoria de un pueblo, constatar la facilidad con que tiende a olvidarse el nombre y la obra de valiosos autores. Es el caso del dramaturgo y poeta Miguel Sánchez Requejo, nacido en Valladolid en torno a 1563 y muerto en lugar desconocido sobre 1640. Pudiera pensarse que el así apodado por (nada menos) que Agustín de Rojas fuera uno de tantos 'astros menores' en la pléyade de escritores y artistas que iluminó el Siglo de Oro español. Nada más lejos de la realidad, habida cuenta de la atención y significancia que otros autores de su tiempo -y hablamos de Cervantes, Lope de Vega o el citado Rojas- dedicaron a quien llegó a considerarse maestro y cumbre del Teatro en las postrimerías del S. XVI y comienzos del XVII. “El divino Miguel Sánchez/ ¿quién no sabe lo que inventa?/ Las coplas tan milagrosas, sentenciosas y discretas/ que compone de continuo;/ la propiedad grande de ellas/ y el decir bien de ellas todos,/ que ésta es su mayor grandeza” ('El viaje entretenido', 1603 -A. de Rojas). No es menor su valoración como poeta, ya que otras grandes figuran alabaron su estilo e incluyeron piezas suyas en sus propias obras. Por ello cuesta imaginar (o no tanto) las razones del postergamiento de Don Miguel a lo largo de las sucesivas relecturas que ha hecho la historia de aquel prodigioso tiempo. Sirva este minúsculo recordatorio para que intentemos conocer y mantener viva la llama de los nombres que a lo largo de los siglos han ayudado a construir la reputación de Valladolid como ciudad que ama la escritura y el arte.
«A Pero López Henríquez de Calatayud» [1594]
Muestra, Valladolid, nuevo contento;
madre de reyes, muéstrate gozosa,
pues, como en hijos siempre venturosa,
hoy halla Orlando en ti su nacimiento.
Dátele otro hijo, cuyo entendimiento,
padre de tu república famosa,
la rige con industria cuidadosa,
y hoy pone en este blasón aqueste aumento.
Madre halla en ti cualquier nación extraña,
y halla a aqueste capitán famoso,
que no habrá gloria donde parte no halles.
Tú haces y deshaces, libre España,
si en Francia vive amante y furioso,
nace en Pisuerga y muere en Roncesvalles.