Cascanueces
El Penicilino
Mítico bar en el centro de Valladolid.
Plaza de la Libertad.

Cuenta la leyenda urbana que el nombre del local surge en las penurias de la posguerra, cuando la dueña de la entonces Villa Elenita inventó un brebaje cuyas propiedades reconstituyentes recordaron a alguien las de la escasísima penicilina. Ya antes el negocio había conocido momentos de esplendor, como cuando fue reconocido por la calidad de sus vinos como Proveedor de la Casa Real. Igualmente venerable es la fama de las zapatillas que todavía hoy se sirven modo de tapa dulce, mantecados fabricados desde hace siglos en la vecina localidad de Portillo. Un interior por el que parece no pasar el tiempo, así como la acogedora terraza en la Plaza de la Libertad (entre el Teatro Calderón y la Catedral), hacen del Penicilino el lugar idóneo para tomar el vermú si vienes de visita a la ciudad, y un espacio de referencia para los parroquianos de toda la vida: bohemios, artistas y escritores, y todos aquellos que aprecian el sabor de los lugares auténticos.
(Imagen: Paolo Mazzoleni)