José Ignacio Delgado
Warm wet circles
El desgarro emocional de uno de los grandes poetas del Rock.

Una fotografía reciente de Fish
Ignoro el lugar que reserva la posteridad al grupo Marillion y a su genial frontman Fish. Al margen de sus valores artísticos como paradigma del neoprog surgido a contracorriente en la década de los 80, siempre les quedará el honor de haber editado sus primeros discos gracias al exclusivo apoyo de sus seguidores, toda vez que la industria daba por finiquitado el estilo musical que, supuestamente, preconizaban. Luego, impuesto y reconocido su enorme talento, vendrían tiempos de prosperidad que a la postre llevarían al abandono de su icónico cantante y compositor, un moderno juglar que ante todo quería escribir y cantar. Lo que siguió es una historia una y otra vez repetida: por no matar la gallina de los huevos de oro, el grupo restante siguió (creo que todavía hoy en activo) instalado en el confortable ciclo de editar nuevos trabajos y posterior gira. Sin embargo, al menos para quien esto escribe, la marcha de Derek William Dick dejó huérfanos de su genialidad a un puñado de músicos competentes pero con escasa capacidad para emocionar. Y es que Fish, el desgarbado gigantón escocés, atesoraba ese inusual talento poético y narrativo reservado solo a unos escogidos, que encontró en Marillion el vehículo perfecto para expresarse. Aquel binomio dejó para el recuerdo un puñado de discos extraordinarios que merecerían estar en la colección de todo buen melómano, cada uno de ellos repleto de intemporales y complejas canciones, en un tiempo (no tan lejano) en que el Rock aún tenía la capacidad de removernos por dentro.
En las avenidas donde los borrachos
se ofrecen a la soledad como una arcadia de maniquíes,
Donde la ceremonia del amor culmina frente al escaparate de una joyería
Y se finge silencio casual en un tenso interludio romántico
Hasta que se obligan a volver casa en silencio.
En el billar el jugador se apoya en su taco
Esta noche el héroe se cobra sus deudas
Una luna de miel apostada a una carambola.
Ella consulta folletos de vacaciones
Subraya el nombre de tu ciudad
Invita a las amigas a otra ronda
Riéndose del mundo mientras el barman limpia
Los húmedos y cálidos círculos.
He visto quinceañeras como luminosas polillas, sobadas mariposas de colegio,
Flirtear en el resplandor de cabinas telefónicas
Planificar bodas de blanco con sus corazones desencantados
Ampulosas declaraciones con barras de labios robadas
Sobre cortantes arañas de cristal
Compatir cigarrillos y experiencias con sus sonrientes, celosas confidentes,
dibujar llenas de fe, el nombre de él
Con nerviosos dedos de uñas mordidas
Sobre la humedad condensada del cristal que llorará esta noche
Mientras las se desvanecen las luces del autobús tras el último adiós adolescente
En un húmedo y cálido círculo
Como el beso de una madre sobre tu primer corazón roto, un húmedo y cálido círculo
Como el agujero de un balazo en Central Park, un húmedo y cálido círculo
Yo siempre me rendiré a los húmedos círculos cálidos
Nerviosamente se desviste en el escenario del cabaret de Fidra
Todo lo da antes de que sea demasiado tarde
Dejará que la lengua de su amante se mueva en un húmedo y cálido círculo
Dándolo todo sin mostrar vergüenza
Dejará que su madre la bese en su primer corazón roto
Un húmedo círculo cálido,
comprenderá que solo está interpretando su papel dentro de un húmedo y cálido círculo.
"Warm wet circles" -Marillion: Clutching at straws (1987)-