José Ignacio Delgado
Ocaso de los oficios
Zapatería C. Del Río.
Plaza Torres de Omaña, 1 (24003 León).

No puedo evitar el sentimiento de nostalgia cuando doy fe, a través de este Blog, de comercios y oficios en vías de extinción. Inevitablemente, me retrotraen a una lejana infancia en la que el mundo parecía más fácil. Es el caso de los antiguos talleres de zapatería, donde los penetrantes olores a cuero, goma, betún y pegamento aún trazan un camino olfativo que me lleva a desdibujados recuerdos en blanco y negro. La fotografía (tomada por Javier Cepedello), ilustra a la perfección ese melancólico "dèja vu": la estantería repleta de curiosas mercaderías (adivino calcetines y medias, esprays impermeabilizadores, linimentos...); el linóleo desgastado por miles y miles de brevísimos viajes de ida y vuelta; la estoica figura agazapada tras el mostrador, del zapatero; el previsor paraguas sobre un deslumbrado espejo; las bolsas con materiales y piezas de cuero trepando por la pared hasta casi alcanzar el techo; la sandalia desparejada en el suelo. Pero es sin duda la silla vacía, expectante en el centro de la estancia, aguardando no se sabe a quién, la que se adueña de la poderosa imagen para expresar sin necesidad de palabras el absurdo de una sociedad de consumo que prefiere amontonar en el carro del hipermercado, junto a las bolsas de patatas y los refrescos de cola, zapatos a precio de ganga diariamente producidos por millones en China, antes que llevar a arreglar los que se nos van quedando viejos.
Antonio Fernández, zapatero de León, tomó de su suegro el relevo del oficio allá por 1988. Pagaba de alquiler 745 pesetas. Su pequeño taller-tienda aún sigue en activo...